Son muchos los casos que llegan a nuestro centro sobre perros con niveles de
agresividad bastante elevado. Con todo el cariño recibimos a sus responsables
para tener una primera toma de contacto e indagar un poco y que nos cuentes
los principales problemas que tienen con su perro Bobi, a continuación me
hablan de que Bobi es muy agresivo con otros perros, que Bobi ha mordido a su
vecino, el que sólo le fue a tocar para saludarle, que no les deja estar en el sofá
tranquilos viendo una peli, ya que constantemente les muerde las manos y por
no hablar que de soltarle, ya que tienen un miedo terrible de que Bobi se escape
y le pille un coche. Dirijo una mirada hacia Bobi y pienso “Macho, donde te has
metido”
Acto seguido, por la zona donde manteníamos la entrevista aparece Diva (mi
pequeña ratera) la que se pasea por delante de nosotros observando al nuevo
visitante, a sus responsables de repente se les cambia la cara y exclaman:
– No, no, de ninguna manera!! Bobi es muy agresivo y le va a hacer daño!!
No le gustan los perros...
Yo, intento calmar un poco la situación y les digo:
– Alguna vez le habéis dado la oportunidad a Bobi de relacionarse con otros
perros y que os muestre realmente el lenguaje que está intentando
transmitir?
– No, es imposible ya ha mordido a dos perros!! (contestaron)
Opto por coger la correa de Bobi y acercarlo a mi pequeña Diva sin transmitirle
ningún tipo de tensión e invitándole a conocerla, Bobi estaba descolocado
mirándome casi sin saber que hacer, Diva decide dar el primer paso poniéndole
el culete con un gran lenguaje de calma y bualá Bobi se decidió a oler, tiré la
correa en el suelo y listo!
Me animé y gradualmente decidí seguir realizando entrenamiento de contacto
con varios de mis perros rehabilitadores a los que fui haciéndoles pasar a
conocer a Bobi, cinco en concreto, machos hembras de varios tamaños desde 5
a 60 kg de peso. La respuesta de sus responsables fue lo mejor, sus caras
hablaban por si solas y me decían que, había hecho magia!!
De repente les había rotos los esquemas que traían cuando entraron por la
puerta de mi centro en cuestión de una hora, su perro ya no era un carnicero y
había luz al final del túnel.
Y me decían que los tratamientos y correcciones que habían estado siguiendo
eran los de un programa de televisión!!
Concluimos la visita con un pequeño paseo por el campo con todos los perros
sueltos y os juro que a Bobi se le veía sonreir con la cara iluminada. Lo estaban
manteniendo bajo una coacción que no soportaríamos ninguno de nosotros, no
dejando que se comunique con sus semejantes decidiendo libremente lo que le
gusta y lo que no, si le apetece corre y si no no, por cierto el paseo lo hicimos
sin correa totalmente suelto, otro buen truco del mago Max!! Al llegar a casa los
responsables de Bobi me llamaron para decirme que había pasado toda la tarde
durmiendo y súper relajado.
Esto es una anécdota de los muchos casos que recibo, por aquí vienen a
visitarnos bastantes chicos como Bobi. Los humanos nos empeñamos en
corregir comportamientos, a la vez que buscamos la herramienta perfecta y nos
metemos en sistemáticas complicadas, cuando en realidad tenemos la solución
delante de nuestras narices a través de la paz y de la empatía. Nuestro amigo
Bobi es un perro enérgico al que le gusta jugar con su pelota, dar paseos por el
campo, conocer a otros perros, conocer a personas que de vez en cuando le den
una deliciosa chuche o salir en bicicleta y sus responsables humanos toman la
decisión de no realizar (al menos a menudo) estas actividades porque no se sabe
comportar en ningún sitio, se les escapa si lo sueltan y pasear con él es un
suplicio porque tira de la correa no para de ladrar si se cruza con perros y dan la
vuelta a la manzana a ver si hace caca rápido y volver a casa donde no aguarda
ningún peligro.
Sinceramente, como estaríais vosotros si fueseis Bobi?? Yo lo tengo claro,
haría lo mismo o peor!!
De ahí la importancia de valorar el estrés al que a veces sometemos a nuestros
perros, ellos no quieren mantenerse en ese estado y realmente lo pasan mal, ya
que a veces se ven envueltos en situaciones negativas dejándose llevar. Por ello
la palabra “Guía” o “Líder” que muchos conocemos es algo mas que el yo
caminar delante de mi perro con la correa, salir antes por las puertas o comer
antes que él. Un verdadero Guía sabe DAR y no solo dar comida de alta gama,
camas o juguetes, sabe dar estabilidad en el grupo, mantener la PAZ, transmitir
cariño cuando un comportamiento es correcto, transmitir decepción cuando un
comportamiento es incorrecto, mirar a Bobi a los ojos y
decirle:
– Se que no lo estoy haciendo muy bien contigo pero todo eso va a cambiar,
como te encuentras?
Todo esto puede sonar muy ñoño para algunos de vosotros, pero ahí está
el problema, mientras no dejemos de mirar desde el ego, del que pensarán
y de lo guays que somos, no sentiremos realmente y conoceremos lo
fantástico que es nuestro Bobi al que dejaremos Ser con sus virtudes y
sus defectos, porque os aseguro que NADIE es perfecto y tendríamos mas
de una vez que hacernos un autoanálisis valorando si en realidad somos
personas equilibradas y preparadas para educar a nuestro amigo Bobi sin
descargar nuestras frustraciones, inseguridades, miedos.... con él, ya que
es el único que nos aguantaría ya que no le queda mas remedio.
Por tanto hagámosle la vida mas agradable y preocupémonos mas por su
estado emocional, dejando en segundo plano sistemas, herramientas,
súper adiestradores, programas televisivos y muchas otras cosas que
realmente están vacías. Dejar que hable vuestra conciencia.
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